Sin embargo, nos estamos preocupando por la especie equivocada. Toda la atención (científica y del público en general) centrada en esta especie que es exótica en nuestro continente (fue introducida por los colonos ingleses en el siglo xvii),1 y que fue domesticada con fines económicos, ha opacado la importancia que tienen las especies de abejas nativas en nuestros ecosistemas, por lo que no están claras las acciones que deben to- marse para su conservación.
¿Por qué son importantes las abejas?
Las abejas tienen una gran relación con nuestra vida diaria; junto con las mariposas y los murciélagos, se en- cargan de polinizar cerca del 35% de los cultivos que nos proveen alimento.2 Polinizan muchas especies de plan- tas tanto de bosques y selvas como de nuestros jardines y traspatios, y en el caso de las Apis y de las abejas sin aguijón (tribu Meliponini) aprovechamos productos como la miel y la cera. También están presentes en muchos aspectos culturales, por ejemplo han sido emblemas sa- grados de civilizaciones antiguas como los mayas3 y los egipcios,4 son tema de poemas y canciones, como la muy popular bachata “Como abeja al panal”. Aun así, gran parte de su ecología, diversidad e importancia si- guen siendo desconocidas.